viernes, 27 de marzo de 2009

Mi vida sin los otros

Es curioso el efecto que puede llegar a tener una película en mi psique. Recién termino de ver La Vida de Los Otros y en ella encuentro una gran semblanza con mi vida, esto a pesar de que la historia transcurre en los tiempos de la Alemania Oriental y versa sobre un investigador de la policía política del régimen comunista que siente tanta simpatía por una de sus víctimas que hace todo lo posible para salvarla y lo logra.
¿Qué similitud puede tener la historia de este sujeto con mi vida? No hay que ser adivino para saber que a eso me voy a referir a continuación.
Siempre me ha intrigado un hecho persistente en mi existencia: el que existan personas que no tienen ni idea de quién soy y, a pesar de esto, logren infiltrarse en mi vida hasta el punto en el que nunca las voy a olvidar. Este tipo de personajes me afecta, pero dudaría en afirmar que son en realidad ellos los que me afectan. Siento que lo que me afecta es una imagen, una construcción ficticia que se conforma únicamente en mi psique a partir de una forma humana determinada.
Tomemos un caso presente: una joven de una de mis clases en la universidad. En estos momentos siento una atracción extrema hacia ella. De hecho, el día de ayer me costaba dejar de verla. La cuestión es que esta dama y yo no hemos cruzado palabra alguna en nuestras vidas, yo no sé su nombre, puede que ella no se sepa el mío y es muy probable que jamás hablemos. ¿Cómo se puede enamorar uno en esta situación? No hay que ser un genio para saber que justo ahora pienso dar respuesta a esta pregunta.
Enamorarse, contrario a lo que algunos piensan, no requiere de dos. Una sola persona puede hacerlo con el uso de sus capacidades imaginativas. Yo tengo una imagen de la joven que me atrae y esta imagen puede ser diametralmente opuesta a lo que ella en realidad es, pero en mi mundo ella existe bajo esta forma determinada que me he formado gracias a mis capacidades racionales. Así, puedo decir que vivo un romance ficticio en el que las conversaciones no ocurren en la realidad sino en mi cabeza cada vez que me imagino en un mundo virtual en el que ella y yo estamos juntos, hablamos sobre la vida y compartimos algún paseo.
Ven ahora cómo es que alguien que puede no tener la más mínima idea de quién soy yo me afecta en lo más íntimo, hasta el punto en que quizás nunca la olvide. Así mismo, en la película a la que hacía referencia, la víctima y el investigador nunca se conocieron y nunca compartieron una sola palabra, pero, a pesar de esto, la víctima marcó al investigador de una forma tal que éste jamás podrá olvidarle.
Es así como el cine llega hoy a mí para atacarme y recordarme una vez más lo que soy: un sujeto que vive en una ficción a la que parece estar condenado de por vida.
Y ahora me pregunto: ¿Qué le queda a alguien cuya relación con el mundo no es más que una relación consigo mismo? No hay que ser sabio para entender que no mucho.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

es muuuy facil, hablale!!!!

Elena dijo...

1. Que aburrida puede llegar a ser la realidad sin la ficción. no te parece divertido tener esas conversaciones perfectas? en cualquier lugar del mundo? y repetir la escena hasta al cansancio?? eso ciertamente en la realidad no se puede.. claro, la realidad te sorprende y es mejor en ocasiones.. pero de igual manera uno sigue repasando aquel momento perfecto o inventándolo, de eso se trata imaginar..

2. estoy de acuerdo con eso de que enamorarse no necesariamente requiere de dos... creo que a todos les ha pasado eso de enamorarse solo, de hecho, no conozco a alguien que nunca le haya pasado, es una facilidad que tenemos los humanos... (yo me la pasaba enamorada de un amigo del colegio y bueno eso duro 8 años -hasta que lo conocí bien - :D, ahora él es como mi hermano, pero cuando estaba en primaria me pasaba como a ti)

3. "¿Qué le queda a alguien cuya relación con el mundo no es más que una relación consigo mismo? No hay que ser sabio para entender que no mucho." - no comparto esto, de hecho creo que queda bastante.. mira a los pintores, mira a los escultores, mira a los poetas, a los filósofos... de esas relaciones yo-yo se crean cosas maravillosas, interesantes.. (por ejemplo escribir un blog ;) ) de igual forma que se pueden crear cosas espléndidas en relaciones con otros..

Ojo, no pretendo cambiar tu forma de pensar, pero sí que conozcas otros matices en esos temas :D ah y yo concuerdo con el comentario anónimo: háblale!

Maru dijo...

Veo que este post es viejo. Que paso con la chica?? como termino la historia? son novios ahora]??? te sigue gustando locamente? no puedes escribir un guion sin contarnos el final.

Juancho Casañas dijo...

Jajaja, no pasó nada, Maru. Retiré la clase que veía con ella y no he vuelto a saber de su vida.
En verdad en estos momentos estoy mucho más calmado, lo cual me hace ser más pasivo. Por ello, por ahora, no me gusta nadie. Estos días sólo soy capaz de ver el atractivo sexual de las mujeres, lo demás se hunde en la calma.
No puedo contar el final porque uno nunca sabe cuando se acaban las historias. Eso lo descubriré únicamente el día en que me llegue la hora. Por el momento así están las cosas.