sábado, 4 de abril de 2009

La defensa de la libertad y mi paz personal

Ha sido un día muy turbulento pero hoy no escribo con tristeza, es frustración lo que me aqueja. En la tarde tuve que presenciar cómo la irracionalidad manda en el sistema judicial de mi país, en la noche leo comentarios de personas a las que admiro que insisten en defender a un sujeto tan poco defendible como Karl Marx y esto se suma al haber quedado marcado por una película que exalta una especie de relativismo moral. Tres ingredientes que me han llevado a sentir cansancio de defender la libertad.
Sigo insistiendo en intentar convencer a la gente de un hecho que para mí es de muy simple constatación: vivimos en un país que poco a poco cae víctima de los males del socialismo y sus adscritos y, a pesar de esto, no parece surgir una tendencia marcada que se dirija hacia el otro lado de la ascera para defender la sociedad libre que yo anhelo. Ya no siento ganas de convencer a nadie, mi frustración llega hasta el punto en el que no deseo seguir intentando convencer a individuo alguno sobre la importancia que tiene el ser libre.
Pero todo cambio requiere de un plan alterno para consumarse. Si no voy a seguir predicando el ideario liberal ¿Qué haré entonces? Simple, velaré por mi propia libertad y dejaré que los demás sigan su curso.
Sí, soy un egoísta y lo soy por cuanto he llegado a entender que el temor a ser libre (originado, a mi juicio, debido a que serlo implica al mismo tiempo ser responsable de los actos propios) es tan grande en el ser humano que es imposible que por otra vía diferente al autoconvencimiento se logre vencer. Básicamente ocurre lo siguiente: no puedo ayudar al drogadicto si él no es consciente del mal que le aqueja.
Así que desde hoy me resigno a vivir como un individuo que busca su felicidad propia a través del logro de una vida libre. Aprenderé a vivir entre los adictos al paternalismo y al proteccionismo, los observaré y los estudiaré pero ya no intentaré ayudarlos a menos que ellos pidan ayuda.
Y es que si a ver vamos, la libertad depende de una resignación al hecho de coexistir con sujetos que piensan distinto a pesar de creer que están en un error pero esto no implica permitir abusos. Siempre y cuando no me molesten ni pretendan frenar mi acción libre y ajustada a las normas de convivencia no me molestaré en intentar promover entre ellos los ideales liberales con los que comulgo pero cuando lo hagan haré todo lo posible por frenar aquello que me aqueja.
Para resumir este artículo en una frase, diré lo siguiente: me rindo con el mundo así que déjenme en paz.

5 comentarios:

Elena dijo...

De verdad fue un poco inesperado saber que las sentencias otorgadas a los comisarios son iguales que si una persona en Venezuela decide ser asesino en serie o matar a diestra y siniestra (como lo hizo joao en plaza Francia aquel 6/12/2002)...
Con respecto a la libertad, pues aunque veles por tu propia libertad, si el sistema donde uno vive no cultiva la libertad ni se encamina a un bien común pues estamos medio atrapados, porque no podremos ser totalmente perfectibles, habrá algún escalón con un gran obstáculo que impedirá seguir subiendo..
Yo también a veces me siento derrotada, en especial cuando veo los resultados de votaciones o lo ensimismada que está la gente, es como si estuviesen ciegos o como si uno es el que ve de más.. pero aun no sé porqué no he llegado al punto de "me rindo con el mundo así que déjenme en paz".. quizás aun soy muy optimista..

Juancho Casañas dijo...

Sí, Elena, las elecciones sólo fueron otro elemento más de esos que logran que me sienta decepcionado.
Estoy de acuerdo con lo que dices, si el sistema no busca la libertad es imposible que se entiendan los argumentos a favor de ésta. A eso en parte me refería con la metáfora del drogadicto.
Ojalá que sigas siendo optimista y que no te pase como a mí.
Saludos.

Juancho Casañas dijo...

Jeje, bueno, si ves mis últimos comentarios en Blogacine verás que ya rompí con lo que dije en este artículo. Eso es lo malo de escribir cuando estás arrecho, en esos momentos uno tiende a exagerar.
Quizás yo también tengo mi cuota de optimismo.
Saludos de nuevo.

Elena dijo...

"también creo que el ser humano debe tener una serie de valores ante los que no debe ceder (sin llegar a matar por ellos). Entre esos valores yo incluyo la vida y la libertad como los principales a mi juicio. El dogmatismo autoritario es tan malo como el relativismo moral." jejej se notó..

Tranquilo que a todos nos pasa que cuando hay arrechera pues se nos sale la vena pesimista, nihilista, sartriana, camusiana y en mi caso puede ser hasta maquiavélica jeje

saludos. sigue escribiendo,

por cierto si eso de comentar en blogacine fuese una competencia pues vas ganando este mes.. jeje

Juancho Casañas dijo...

Sí, jeje, así parece, al menos en cantidad y creo que en longitud también estoy ganando. Lo malo es que no dan premios en efectivo.