martes, 17 de mayo de 2011

Confirmación de ausencia

Descubro que no soy aquello. Descubro que los anhelos se fugan cuando sueño ser lo que no soy. Las mentiras se acumulan en la tapadera, justo en el momento en el que veo aquello que añoro. Todo de vuelta, todo recuerdos y todo igual.
Ver las agujas y las manecillas mientras trazo estrategias, planes que nunca serán ejecutados, falacias que me calman en las horas previas al amanecer. El deseo deviene en estatismo al ver desfilar las imágenes que se proyectan como el fruto de una idea pura. No decaigo ante los llamados de la realidad e insisto en mi pesar, porque le necesito.
Pienso y veo, pero la vista me limita el panorama a aquello que se traza sobre el horizonte, y eso no me basta. Ninguno de aquellos impulsos visuales es suficiente para llenar el vacío que llega cuando pienso en clave de posibilidad. Mentiras en movimiento: describo mentiras mientras divago acerca de la verdad y la fantasía.
Caer al suelo de la verdad y verte perdiendo el tiempo. Los minutos son un bien escaso que sólo se puede perder, porque pasan y no se dejan ver. Y el futuro es sólo aquello que está destinado a no llegar, porque sólo se puede esperar algo de lo que está justo frente a ti. Todo se calma al ver el sol. Todo se calma cuando constatas que hoy es uno más, que los minutos pasan y que amaneces siendo lo mismo que eras al atardecer.
Realidad: el fruto que cosechas al ver tu cara en un espejo de baño.

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