jueves, 19 de mayo de 2011

Mil veces patria

El no estar como parte del ser. La ausencia como el elemento primordial de un gentilicio que implica huida. Lejana. La patria está en otro lugar, y sin embargo el patriotismo requiere esa lejanía para conformarse como un ente real, más allá del puro patetismo de la auto-condolencia recurrente en los habitantes del lugar al cuál profesan amor.
El agua de por medio como elemento primo y definitorio. La pureza de un adjetivo depende del cauce en el que se le sumerja. Mientras más lejana, más querida. Mientras más ausente, más real. Relaciones inversamente proporcionales para determinar la cualidad de una idea que sólo es expresable en palabras, como las ficciones son sólo posibles a través del lenguaje. Lo abstracto y lo inmaterial dependen del conjunto idiomático en el que se formulen.
Palabras muchas para definir lo indescriptible. Palabras que buscan la esencia sumergidas en la ausencia del espacio en la que se configura el ser aquello que se dice ser. Y el arraigo. Y un lugar. Y un grupo. Todos los elementos se conjugan en la conformación de un ideario que de vida a lo carente de consistencia en cuanto cualidad espiritual.
El no estar como parte del ser. Es esa la idea clave.

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