miércoles, 15 de junio de 2011

Pecados capitales

Temer por la idiotez y la niñería de no haber sabido entender; por haber soñado con una imagen y haberla trasladado al plano de la realidad, pretendiendo imponerle un puesto en un rompecabezas en el que no calza. Nada cuadra si se logra conformar la retrospectiva temporal: un bucle en el tiempo que sólo sirve para comprender la propia falta de experiencia y el grado de inmadurez con el que se cuenta.
Las noches son intolerables. El sueño regaña con historias de pena y castigo aquello que en la realidad es digno de ello. El sueño es el vengador anónimo, la conciencia propia transformada en parábola para enseñar esa realidad que no está ahí, por más que se intente tenerla presente, cuando se tienen los ojos abiertos. Me adentro en las imágenes que genero casi sin querer y al hacerlo sé que estoy descubriendo un ser que ya conozco desde que tengo uso de razón. Para mi pesar, necesito esos datos producto del imaginario.
Tristes devenires producto de la libertad inherente a la raza.

2 comentarios:

DINOBAT dijo...

La realidad no se detiene...

Juancho Casañas dijo...

Que la realidad no se detiene: esa es la única esperanza. Maldito sea el pasado juzgable y bendito el futuro incierto.